Según la Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT) la musicoterapia

“consiste en el uso de la música o elementos musicales (sonido, ritmo, melodía, armonía) por un terapeuta musical, con un cliente o grupo, en el proceso diseñado para facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización, con el fin de lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas”

Es decir, se trata de una terapia a nivel físico, emocional, social y cognitivo llevada a cabo por un musicoterapeuta cualificado (el requisito mínimo para poder ejercer la profesión de musicoterapeuta en España es haber cursado una formación de Postgrado de un mínimo de 60 ECTS y que incluya un programa de prácticas supervisadas y un proceso didáctico-terapéutico personal (“self-experience”)) que utiliza elementos musicales como medio de actuación.

Las dinámicas utilizadas en Musicoterapia abarcan todas las formas de música, sonido y elementos musicales posibles (tocar instrumentos musicales, audiciones, improvisaciones musicales, percusión corporal, voz, canto, expresión corporal, baile, relajación…) ; adecuadas al tipo de persona o personas que participen de ella. El musicoterapeuta elige en cada caso qué tipo de actividades utilizar y con qué fin.

La musicoterapia es una disciplina relativamente joven en España pero cada vez más utilizada en todo tipo de sectores : diversidad funcional, sanidad, educación, inclusión social, geriatría, crecimiento personal, discapacidad… Y siendo cada vez más evidentes los beneficios que esta aporta en todas sus aplicaciones.